Las personas en situación de sin hogar ven negado el ejercicio de sus derechos como asistencia sanitaria, vivienda, protección social, empadronamiento, etc. y también su participación en la sociedad y comunidad. Por ello son imprescindibles políticas públicas comprometidas que pongan a las personas en el centro, favoreciendo el acceso y ejercicio de sus derechos humanos. A través de la invitación a compartir red, apelamos, antes de nada, a tomar conciencia de que, como personas, formamos parte de un tejido comunitario que nos vincula.

El vínculo y el cambio surgen desde el interés, el acercamiento, y el reconocimiento de la realidad de las personas sin hogar. Consideramos esencial el papel de la comunidad. La comunidad nos termina de construir como seres sociales y facilita el espacio de participación que favorece un crecimiento personal y colectivo que crea oportunidades de relación.