¿Cómo entendemos el sinhogarismo?
Nuestro marco comprensivo

FACIAM aglutina en su red de entidades una mirada humanista para el abordaje del sinhogarismo. Las entidades de la red afianzan su razón de ser en común: una visión integral de las personas a la que acompañan. Mantenemos tres elementos en diálogo:
- Una mirada comunitaria en la que la sociedad tiene un papel fundamental en la génesis de la pobreza de sus individuos y debe constituirse como palanca de recuperación de los mismos;
- Una comprensión de que el individuo en exclusión es mucho más que sus privaciones materiales aisladas debiendo afrontar el todo que da sentido a su dignidad.
- Una confianza en las capacidades de las personas que serán el puente para necesario para facilitar la mejor interacción posible entre individuo y comunidad
Entendemos el sinhogarismo como una realidad multidimensional, y multicausal donde las biografías individuales definen cuáles son los factores determinantes, adyacentes o consecuentes a las situaciones que rodean a las personas sin hogar.
La salud mental, las situaciones de dependencia, la desestructuración personal y familiar, la falta de ingresos, los procesos migratorios, el mercado de trabajo, el origen, la edad, el género, la soledad y el aislamiento, las adicciones, etc. conforman largos relatos en las vidas en la calle. Todos estos aspectos que tienen siempre una triple cara. Una estructural, otra comunitaria y una individual.
Apostamos por programas que den respuesta a estas realidades para poder encontrar un hogar donde tengan sitio las diferentes dimensiones del ser humano.
La exclusión socioresidencial no es solo una situación de vulneración de un derecho o de mera deprivación material. Si el reconocimiento de la vivienda como derecho fundamental deber ser punto de partida, la simplificación del fenómeno del sinhogarismo a un enfoque estrictamente basado en la vivienda, no dará respuesta a un fenómeno diverso tanto en sus causas como en sus consecuencias. La realidad de las personas sin hogar se encuentra envuelta en múltiples capas interdependientes entre sí que deben ser abordadas de forma sinérgica.
Si el sinhogarismo se explica en la ausencia de vivienda, la recuperación debe partir de ella y desde ella centrarse en la reducción del daño y la recuperación.
¿Quienes son las personas en situación de sinhogarismo?

FEANTSA ha desarrollado una tipología europea de personas sin hogar y exclusión habitacional (ETHOS) como un medio para mejorar la comprensión y la medición de las personas sin hogar en Europa, y para proporcionar un «lenguaje» común para los intercambios transnacionales sobre las personas sin hogar.
En cuanto a la tipología y diversidad de situaciones, las personas sin hogar no son solo aquellas que, por encontrarse en la calle nos resultan más visibles. Son también personas sin hogar quienes viven en alojamientos temporales, refugios, y albergues, centros de acogida o instituciones (prisiones, centros de atención sanitaria, hospitales). A ellos se suman quienes se alojan en viviendas inseguras, más de 800.000 según los datos de la Encuesta FOESSA (carecen de contrato de alquiler, han sido desahuciados o conviven bajo la amenaza de la violencia) y quienes lo hacen en viviendas inadecuadas, más de 1.300.000 hogares según la misma fuente (sin suministros adecuados, con déficits en la construcción, etc.). En España los datos indican que más de 33.000 personas siguen enfrentándose cada día a la situación más extrema de sinhogarismo (viven en la calle o en alojamientos temporales)
Erradicar el sinhogarismo- Nuestras propuestas

1. Sin políticas de vivienda pública permanente no es posible detener los incrementos del número de las personas en situación de sinhogarismo y los procesos de exclusión residencial. Los recursos residenciales que se vinculan a las redes de atención de Servicios Sociales Públicos o concertados no pueden cubrir la necesidad de una vivienda privativa de carácter permanente.
2. Creemos que el reforzamiento de los recursos de atención a la salud mental será clave en una reconfiguración futura de las redes de atención al sinhogarismo. Servicios duales, la formación de profesionales de la red sanitaria y la dotación de herramientas de atención sanitaria en clave preventiva a los recursos de personas en situación de sinhogarismo.
3. Necesitamos visibilizar y comprender la realidad de las mujeres que se encuentran en situación de sin hogar, ofreciendo espacios seguros, con perspectiva de género y en los que se facilite la recuperación personal y se aborde la violencia sufrida.
4. Un modelo de prevención y afrontamiento del sinhogarismo necesita el desarrollo simultáneo del derecho a tener una comunidad (familia, red social cercana) donde desarrollarse. Necesitamos poner el foco en los mecanismos de socialización y de lucha contra el deterioro psicosocial que padecen estas personas. Erradicar el sinhogarismo no es posible sin comunidad. Un modelo que prime solamente lo residencial se encuentra abocado a generar nuevas fracturas y desigualdades.
5. Repensamos y modelizamos alternativas de alojamiento colectivo desde la innovación social en clave de una mayor privacidad, pero que no conduzca a un mayor aislamiento. No trabajar en la creación y mejora de las relaciones sociales y redes de apoyo de las personas en situación de sinhogarismo y exclusión residencial puede desencadenar en una cronificación en las redes asistenciales o hacer fracasar los programas de inclusión.
6. El laberinto de la burocracia administrativa expulsa del sistema de protección a personas en situación de máxima vulnerabiliad. Los diferentes gobiernos, central y autonómicos, deben avanzar en el desarrollo de políticas de confianza hacia los posibles perceptores/as de prestaciones económicas, respondiendo de forma rápida a las necesidades.
7. Consideramos clave la respuesta en clave de prevención y abordaje específico a los procesos de sinhogarismo juvenil. Son necesarios programas puente que contemplen el paso a la vida adulta, la coordinación con otros recursos y servicios y un enfoque de choque e integral.
8. Integramos en los procesos de acompañamiento a las personas en situación de sinhogarismo y exclusión residencial, la dimensión de la espiritualidad, entendida no solo en el aspecto religioso sino en el aspecto trascendente . No podemos ignorar las necesidades de muchas personas en esta dimensión en los procesos de intervención social.
9. La interseccionalidad caracteriza los procesos de exclusión social. Constatamos que los diferentes “perfiles” que podemos identificar dentro del sinhogarismo no se derivan únicamente del grado de acumulación de desventajas sociales, sino también de la interacción compleja y específica de procesos que da lugar a diferencias cualitativas en las características del sinhogarismo. Considerar esta complejidad contribuirá a mejorar los procesos y programas evitando una excesiva simplificación de la intervención.
10. Es especialmente importante tener presente que la multiplicidad de las causas y consecuencias del sinhogarismo hacen que no podamos generar “recetas” universalmente válidas para atajar y reconducir las biografías de exclusión que caracterizan a estos ciudadanos/as. El análisis del sinhogarismo requiere de la consideración simultánea de un conjunto amplio de procesos socioeconómicos, sociodemográficos y biográficos.