IMPULSA 100 días de proyecto
Programa de atención a jóvenes en situación de exclusión residencial
- Qué es IMPULSA
- Primer condicionante para salir de la exclusión: una casa
- Resultados 100 días de trabajo
- Retos y desafíos
- Principales claves y conclusiones
- Características de quiénes han participado en el programa
- Declaraciones de quienes han participado en el programa
- QUÉ ES IMPULSA
Es un programa para la atención y acompañamiento de jóvenes en situación de exclusión residencial. El programa IMPULSA pretende aportar una estabilización residencial (un hogar), para seguidamente comenzar un acompañamiento social, enfocado al trabajo preventivo y de creación de redes de apoyo y acceso a derechos que, en un futuro, sean factores de protección para los y las jóvenes. El acompañamiento se realiza a través de seguimiento individual, acompañamiento grupal, e itinerarios de formación e inserción laboral. El trabajo en la recuperación de derechos y la participación a nivel comunitario son ejes fundamentales del proyecto. Las alternativas residenciales se materializan a través de plazas de hostal y de pisos.
El programa, a ejecutar en 2021, está pensado para atender y acompañar de forma específica a jóvenes, hombres y mujeres de entre 18 y 28 años en situación de sin hogar y exclusión social. La edad media de los jóvenes incorporados al proyecto es de 21,5 años, una población extremadamente joven.
IMPULSA ha atendido en Madrid, en esta primera fase, a 105 jóvenes, y aporta 54 plazas residenciales. Se espera atender y generar itinerarios de acompañamiento para 120.
Desde su arranque, han pasado por el proyecto 105 jóvenes
- 9 mujeres
- 96 hombres
El programa se enmarca en el Convenio de atención a personas sin hogar que FACIAM mantiene con el Ayuntamiento de Madrid. Lo ejecutan las siguientes entidades, pertenecientes a su red en Madrid: Cáritas Madrid, Fundación Benéfica San Martín de Porres, Obra Social Apostólicas Corazón de Jesús y Sercade.
- PRIMER CONDICIONANTE PARA SALIR DE LA EXCLUSIÓN: UNA CASA
Ofrecer una solución residencial (en pisos y pensiones, un techo digno y seguro que les brinde estabilidad) es el primer paso del proyecto IMPULSA.
A partir de ahí se busca brindar a los participantes un acompañamiento social para que esos jóvenes puedan acceder a sus derechos básicos (sanidad, vivienda, trabajo, educación…) y a una independencia económica.
Se trabaja de forma individual y en grupo al tiempo que se trazan planes personales de formación e inserción laboral.
El trabajo en la recuperación de derechos y la participación a nivel comunitario son ejes fundamentales del programa.
- RESULTADOS 100 DÍAS DE TRABAJO
Tras tres meses de intervención con el grupo participante, esta es la evolución.
- 100% de los jóvenes con alojamiento en el programa, viven en un hostal o piso compartido, con la atención y asesoría de un equipo de profesionales (educadoras, trabajadores sociales, psicólogas y profesionales de la integración).
- Situación anterior a la incorporación al programa:
- 16% Albergue Colectivo
- 5% Vivienda Colectiva
- 6% Ocupa
- 28% Centro temporal emergencia
- 31% Calle
- 14% Otro
- 100% de ellos cubren sus necesidades básicas de alojamiento, comida y atención psico social.
- 94,29% de esos jóvenes están en diferentes cursos de formación para el empleo;
- 15% del total han conseguido permiso de trabajo
- Hay una lista de espera de 107 jóvenes para acceder al programa, un número que duplica al número de hombres y mujeres que estamos atendiendo.
- RETOS Y DESAFÍOS
- Conseguir el máximo nivel de inserción e integración de las y los participantes en la sociedad en el tiempo que resta del programa
- Recuperar sus derechos, necesidades básicas, acceso al sistema de salud, formación, participación, empadronamiento
- Dar una solución de continuidad al trabajo iniciado con los participantes del programa, que terminaría en diciembre de 2021.
- Atender a la lista de espera, de más de 107 jóvenes en Madrid.
- Responder de una forma integral a las necesidades de una población joven, excluida y vulnerabilizada.
- Conseguir involucrar a instituciones públicas y privadas en el programa
- Es necesario que las Administraciones inviertan en esta población, clave para una sociedad más justa y sin problemas, y atiendan los múltiples problemas a los que se enfrentan, resolviendo así las violencias institucionales a las que se enfrentan.
- Es necesario que las instituciones privadas inviertan en esta población, con recursos y oportunidades de empleo.
- Romper con los estereotipos que cargan los jóvenes en situación de desprotección o exclusión residencial
- PRINCIPALES CLAVES Y CONCLUSIONES
- La necesidad de atención temprana al creciente fenómeno de sinhogarismo entre la población más joven y las ventajas que supone trabajar con y para ellos para evitar que caigan en la exclusión y marginación.
- La necesidad de intensificar procesos educativos y formativos para este segmento de población joven y excluida
- La gran dificultad que supone la exigencia administrativa para obtener un permiso de residencia y trabajo, que se concreta en conseguir un contrato de un año mínimo, algo que, con las tasas de paro actuales, casi ningún joven en este país puede conseguir… Esa situación administrativa aboca a una situación de irregularidad que arrastra consigo otras muchas dificultades y exclusiones como son, el acceso a formación, acceso a sanidad, acceso a independencia social. Vivimos la paradoja de que trabajamos la formación para su incorporación social y laboral, pero con la dificultad de su situación documental
- La positiva evolución de los jóvenes, gracias a su estabilización residencial y acompañamientos
- Las principales dificultades que presenta el programa
- Sostenibilidad económica con vistas a 2021
- De la propia intervención con el colectivo: incertidumbres y dificultades en torno a su momento madurativo
- La necesidad de continuidad del programa.
- La ruptura que se produce en el paso del sistema de protección a la infancia hacia la mayoría de edad en un momento vital en el que aún son necesarios los acompañamientos y la cobertura de necesidades básicas
- OTROS
Características de las personas participantes
- Jóvenes que han tenido que salir de su casa por conflictos familiares.
- Jóvenes que intentaron emanciparse y que se encontraron con una crisis que les hizo perder su empleo-vivienda y que no tienen a quién recurrir
- Jóvenes que llegan a España buscando un futuro mejor, pero sin saber cómo moverse en la sociedad española
Origen
- 9 España / 98 de origen extranjero
Adicciones
- 22 Si
- 80 No
Edad media
- 21,5 años
Mantiene contactos familiares
- Si 83 %
- No 17 %
Situación administrativa
- 69% Irregular
- 27% Regular
- 4% sin datos
7. Declaraciones de los participantes
N. 23 años: “He estado viviendo en muchos sitios, en la calle también, hasta cinco meses. También en una casa okupa y en albergues, pero allí no dormía porque había mucha gente y gritaban y te robaban. Ahora estoy pensando tranquilamente y pienso en mi futuro. Antes no era posible: he llegado a estar 20 días sin ducharme, con la misma ropa, una camiseta y un vaquero y una sólo comida. Ahora, estoy mucho mejor; más controlado”.
M.E: 19 años: “Antes sólo vivía, pero no hacía nada. Ahora estoy haciendo un curso de pastor y de español. Ahora me siento tranquilo porque además tengo una habitación, duermo solo, estoy bien”.
O.A. 19 años: “Llevaba un año y medio en la calle y no conseguía ningún curso. Entrar en el proyecto me ha cambiado mi vida un 200%. Aquí tengo todo: tengo compañeros de la misma edad, educadores, salidas y puedo tener formación. Tengo también libertad: ahora me ducho y como a la hora que quiero y tengo un cuarto propio. Duermo; antes no podía con 20 o 30 personas en la misma habitación, algunas estaban muy mal. Ahora estoy muy bien, tengo amigos, hermanos… un curso y pronto un diploma.
B, 26 años: “Antes, por las noches no dormía por si alguien quería robarme. La mía es una historia muy larga. Durante el día me iba al metro a dormir. Aquí no tengo familia, no tenga nada. Este proyecto ayuda porque impulsa. Yo quiero seguir estudiando para encontrar un trabajo y alquilar una habitación y una casa para vivir.
B.K. 19 años: “He sufrido mucho, he sufrido mucho. Antes no tenía nada. No tenía papeles, ni trabajo ni ayuda. Ahora, mejor. Tengo clases, tengo comida. También mi madre está mejor: ahora sabe que ya no estoy en la calle, que estoy con otros chavales, con gente que trabaja conmigo. Mucho mejor”.