Acompañamos a las Hijas de la Caridad en su semana de celebración de los 100 años del Programa San Vicente de Paúl. Nos abren las puertas de su casa, al igual que a diario la abren a todos aquellos y aquellas que tienen necesidad de calor y acogida. Sor Josefa Villar descubre una placa dedicada a todos para los que existe el comedor. Desde el año 1916. Desgraciadamente, un siglo después, en un mundo radicalmente distinto, seguimos necesitando acoger y acompañar a personas que nuestra sociedad ha expulsado a sus márgenes.
Programa Integral Vicente de Paúl (PIVP) es una entidad de acción social de las Hijas de la Caridad (Obra Social, Provincia Madrid – Santa Luisa), que tiene sus orígenes en el Comedor María Inmaculada, fundado en Madrid en 1916.
250 menús diarios, un centro de día, una casa de acogida, pisos de inserción y pisos de apoyo social, configuran un gran programa que pone en su centro a la persona en su integridad. El primer mensaje que nos quieren transmitir se resume en dos palabras; caridad y justicia. «No puede haber caridad si no va acompañado de justicia», lo firma San Vicente de Paúl. Así de radical. Pocas veces oímos ya esta palabra: justicia. La justicia de que cada mujer y hombre recuperen la dignidad que perdieron por el camino de los avatares de la vida.
Entramos al comedor y al fondo leemos: «A cada persona le pido no olvide su dignidad que nadie puede quitarle» Que nadie lo olvide. Ninguno de los que comparten mesa a diario en esta casa.
«La creatividad del amor es infinita»: Otra frase que nos regalan las Hijas de la Caridad en su discurso de acogida de hoy y que nos impacta en su rotundidad. Seguimos la visita del Programa y respiramos el respeto, el cariño, la implicación absoluta de profesionales, voluntarios y voluntarias.
Os animamos a conocer la extensión y la intensidad del Programa Integral San Vicente de Paúl, un de los centros de la Red Faciam.
Accede a las fotos del acto celebración Centenario Programa Integral San Vicente de Paúl